El experimento consiste en situar un gato en una caja cerrada y opaca. En la caja tmb ponemos una ampolla con un gas volátil venenoso, un martillo conectado a un dispositivo detector de partículas alfa, y un átomo radioactivo, con un 50% de probabilidades de desintegrarse en una hora y otro 50% de no hacerlo. En caso de q el átomo se desintegre, emitiría una partícula alfa. Entonces el detector se activaría y el dispositivo dejaría caer el martillo sobre la ampolla, q al romperse liberaría el gas venenoso, provocando la muerte del gato.
Evidentemente, al cabo de una hora habrá ocurrido uno de los dos sucesos posibles: el átomo ha emitido una partícula alfa o no la ha emitido (la probabilidad de que ocurra una cosa o la otra es la misma). Como resultado de la interacción, en el interior de la caja, el gato está vivo o está muerto. Pero no podemos saberlo si no la abrimos para comprobarlo.
Si lo que ocurre en el interior de la caja lo intentamos describir aplicando las leyes de la mecánica cuántica, (y podemos hacerlo, ya q todo el sistema depende sólo del átomo radioactivo) llegamos a una conclusión muy extraña. El gato vendrá descrito por una función de onda extremadamente compleja resultado de la superposición de dos estados combinados al cincuenta por ciento: "gato vivo" y "gato muerto". Es decir, aplicando el formalismo cuántico, el gato estaría a la vez vivo y muerto; se trataría de dos estados indistinguibles.
La única forma de averiguar qué ha ocurrido con el gato es abrir la caja y mirar dentro. En unos casos nos encontraremos al gato vivo y en otros muerto. Pero, ¿qué ha ocurrido? Al realizar la medida, el observador interactúa con el sistema y lo altera, rompe la superposición de estados y el sistema se decanta por uno de sus dos estados posibles.
El sentido común nos indica que el gato no puede estar vivo y muerto a la vez. Pero la mecánica cuántica dice que mientras nadie mire en el interior de la caja el gato se encuentra en una superposición de los dos estados: vivo y muerto.
Yo no estoy vivo y muerto al mismo tiempo; o al menos eso creo. Pero sí es cierto q en nuestro estado de ánimo influye mucho la interacción q sobre nosotros haga todo aquello q nos rodea. Es decir, al fin y al cabo, tmb, como en el experimento, dependemos de un observador, o más de uno.
Desde hace tiempo no puedo definir mi estado. Vivo en una constante mezcla de alegría-tristeza, q bien podría decirse q es melancolía. Y según con quien esté, me decanto por un estado u otro. Y no es fácil, porque hasta q no hay un observador q quiera observarme, ni yo ni nadie sabe exactamente como estoy, con todo lo q eso supone. Por eso creo q ahora mismo soy como el gato de Schrödinger.
Friedrich - Hombre sobre un Mar de Nubes
PD.- En algunos libros modernos de física, para colaborar en la lucha por los derechos de los animales, en el dispositivo experimental (por supuesto, hipotético) se sustituye la ampolla de veneno por una botella de leche que al volcarse o romperse permite que el gato pueda beber. Los dos estados posibles ahora son: "gato bien alimentado" o "gato hambriento". Lo que también tiene su punto de crueldad.
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6 comentarios:
Toc, toc. ¿Se puede? He visto el libro de sueños olvidados entreabierto y me he decidido a entrar en sus páginas y perderme en ellas... ¿Sí? Gracias.
Pues aquí estoy. Vi la portada en el reino bajo el hieño de Nausicaa y no pude evitar enamorarme del título y venir.
He estado paseando por sus letras y me encanta su estilo. Tenemos gustos muy parecidos (más como persona que como personaje vaudevillesco que soy aquí, jiji)
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Pobre gatito. No doy crédito a esa clase de "experimentos". Me dolió el alma al leerlo, la verdad.
Con respecto a su estado melancólico, le entiendo perfectamente. Si quiere, visite mi pequeño cabaret. Tal vez así la sonrisa triunfe sobre la tristeza.
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Un placer la visita. Lindos sueños olvidados los que guarda en este libro virtual.
Un tímido y empático besito
Para mi es todo un honor q venga a visitarme... por supuesto, el Libro de los Sueños Olvidados estrá siempre abierto para cuando quiera volver a perderse por él.
Yo ya había visitado su Cabaret Ambulante. Como pretexto, el ver las actuaciones de una maga llamada Nausicaa. Pero pronto me di cuenta de q todo el Cabaret es una auténtica maravilla, y no hizo falta ninguna excusa para repetir las visitas.
No hay q preocuparse por el gatito... todo es un experimento teórico... le tocó a un gato como podía haber sido un elefante. Me imagino q lo eligieron por el tamaño. No sé. Aunq creo q en realidad es porque Schröedinger tenía uno, y se paseó por delante suya justo cuando estaba pensando el experimento.
Un beso, y no dude q visitaré su Cabaret más a menudo.
Gracias por su visita :D
Aaaaaaaaaaah! Odio este experimento, es un chorrad, que las matematicas no puedan explicar la realidad no es problema de la realidad sino de las matematicas...
Pero bueno, yo te he visto y se q vivo estas asi q no seas exagerao!
Bueno.. a mi me gusta el experimento. Y no porque sea una cuestión matemática, sino porque me parece más q nada Filosofía pura, y me encanta... la posibilidad de q algo sea algo sólo cuando alquien tenga consciencia de esa posibilidad de q lo sea.
Y, sí, estoy vivo... jeje! :D
Bueno, gato despistado...escribes, luego existes. Yo te he estado leyendo, creo que eso despeja mi propia incógnita, creo que yo también existo ; ).
Jeje... pues sí... parece q existimos, y q estamos vivos... ;)
Tardé en contestarte... no había descubierto tu comentario. Me alegra haberlo hecho... iré a leerte a ti tmb.
Un saludo.
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