sábado, 5 de enero de 2008

Como el gato de Schrödinger

El experimento del gato de Schrödinger o paradoja de Schrödinger es un experimento imaginario, diseñado por Erwin Schrödinger para exponer uno de los aspectos más extraños, a priori, de la mecánica cuántica.


El experimento consiste en situar un gato en una caja cerrada y opaca. En la caja tmb ponemos una ampolla con un gas volátil venenoso, un martillo conectado a un dispositivo detector de partículas alfa, y un átomo radioactivo, con un 50% de probabilidades de desintegrarse en una hora y otro 50% de no hacerlo. En caso de q el átomo se desintegre, emitiría una partícula alfa. Entonces el detector se activaría y el dispositivo dejaría caer el martillo sobre la ampolla, q al romperse liberaría el gas venenoso, provocando la muerte del gato.










Evidentemente, al cabo de una hora habrá ocurrido uno de los dos sucesos posibles: el átomo ha emitido una partícula alfa o no la ha emitido (la probabilidad de que ocurra una cosa o la otra es la misma). Como resultado de la interacción, en el interior de la caja, el gato está vivo o está muerto. Pero no podemos saberlo si no la abrimos para comprobarlo.

Si lo que ocurre en el interior de la caja lo intentamos describir aplicando las leyes de la mecánica cuántica, (y podemos hacerlo, ya q todo el sistema depende sólo del átomo radioactivo) llegamos a una conclusión muy extraña. El gato vendrá descrito por una función de onda extremadamente compleja resultado de la superposición de dos estados combinados al cincuenta por ciento: "gato vivo" y "gato muerto". Es decir, aplicando el formalismo cuántico, el gato estaría a la vez vivo y muerto; se trataría de dos estados indistinguibles.

La única forma de averiguar qué ha ocurrido con el gato es abrir la caja y mirar dentro. En unos casos nos encontraremos al gato vivo y en otros muerto. Pero, ¿qué ha ocurrido? Al realizar la medida, el observador interactúa con el sistema y lo altera, rompe la superposición de estados y el sistema se decanta por uno de sus dos estados posibles.

El sentido común nos indica que el gato no puede estar vivo y muerto a la vez. Pero la mecánica cuántica dice que mientras nadie mire en el interior de la caja el gato se encuentra en una superposición de los dos estados: vivo y muerto.






Yo no estoy vivo y muerto al mismo tiempo; o al menos eso creo. Pero sí es cierto q en nuestro estado de ánimo influye mucho la interacción q sobre nosotros haga todo aquello q nos rodea. Es decir, al fin y al cabo, tmb, como en el experimento, dependemos de un observador, o más de uno.

Desde hace tiempo no puedo definir mi estado. Vivo en una constante mezcla de alegría-tristeza, q bien podría decirse q es melancolía. Y según con quien esté, me decanto por un estado u otro. Y no es fácil, porque hasta q no hay un observador q quiera observarme, ni yo ni nadie sabe exactamente como estoy, con todo lo q eso supone. Por eso creo q ahora mismo soy como el gato de Schrödinger.

Friedrich - Hombre sobre un Mar de Nubes

PD.- En algunos libros modernos de física, para colaborar en la lucha por los derechos de los animales, en el dispositivo experimental (por supuesto, hipotético) se sustituye la ampolla de veneno por una botella de leche que al volcarse o romperse permite que el gato pueda beber. Los dos estados posibles ahora son: "gato bien alimentado" o "gato hambriento". Lo que también tiene su punto de crueldad.


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martes, 1 de enero de 2008

Algo Diferente

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Empieza otro año y todos pensamos en las cosas q nos han pasado en el año recién terminado y en las q queremos q nos pasen ahora. Noches como la de Nochevieja y días como el de Año Nuevo hay pocos en la vida. Quizás sólo los cumpleaños. Son extraños. En ellos mezclamos de forma aleatoria pasado, presente y futuro; y aunque el tiempo vuelva a demostrar q pasa irremediablemente en el calendario, y en nosotros también, y q no nos queda más q aceptarlo, conseguimos relativizarlo todo lo q se nos antoje. Porque en esta noche enterramos todos los proyectos muertos, fracasados por desidia o demasiada ambición. Y porque en este día iniciamos otros nuevos, aunque ni siquiera tengamos una ligera idea de los q eso significa, de lo q nos pueda pasar.

Sentimientos encontrados son los q esta noche vinieron a mí. Demasiado encontrados para saber cuáles debía enterrar y cuáles debía dejar nacer. Una amalgama de melancolía y esperanza q apenas me dejaron dormir, en un intenso intento de saber lo q querían decir. A lo mejor no querían decir nada, porque en realidad todo sigue igual q siempre, o casi.

Por eso, para este año 2008 sólo voy a desear una cosa: q al menos en un día de los 366 q componen este Nuevo Año (sí, es bisiesto), ocurra algo diferente a los otros 365. Y q pueda compartirlo con los q más quiero.





¡FELIZ AÑO 2008!
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martes, 25 de diciembre de 2007

Feliz Navidad

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Happy Christmas – War is over es una canción de John Lennon grabada a finales de 1971. La letra está basada en una campaña de publicidad que Lennon y Yoko Ono llevaron a cabo en varias ciudades del mundo en 1969, alquilando vallas publicitarias en las cuales se podía leer el lema WAR IS OVER! If you want it (LA GUERRA SE ACABA Si tú quieres)


Sin embargo, hoy, después de 36 años, siguen existiendo las guerras.



¡FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO NUEVO!

Bon nadal i feliç Any nou

Bo Nadal e Prospero Ani Novo

Zorionak eta Urte Berri On

Merry Christmas & Happy New Year

Joyeux Noël et Bonne Année!

Froehliche Weihnachten und ein gluckliches Neues Jahr!

Buon Natale e Felice Anno Nuovo

Shinnen omedeto. Kurisumasu Omedeto





¡Atención! El siguiente vídeo puede herir sensibilidades



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domingo, 23 de diciembre de 2007

Gafas empañadas...

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"Sopla aire esta mañana. ¡Uf! ¡Qué frío! Me abrocho el chaquetón y me subo la bufanda hasta que me tapa la nariz. Respiro y se me empañan las gafas. No veo, ¡qué coraje! Me bajo la bufanda. Y no puedo evitarlo: ahora voy a soplar yo. Sale vaho de mi boca. Sonrío. Me acuerdo de cuando era pequeño y creía que era capaz de echar humo por la boca..."


Hay cosas que todos hemos hecho de pequeños, o al menos eso creo, como echar "humo" por la boca y pensar que eres un dragón; o saltar en los charcos de lluvia porque llevamos botas de agua; hacer bolas de arena en la playa y ver desde que altura puedes tirarlas sin que se rompan; jugar a que somos pinchadiscos subiendo y bajando el volumen del radiocasette; o hacer como si los dedos fueran un hombrecito que corre junto a la ventanilla del coche, saltando señales de tráfico, mientras haces un viaje aburrido con tus padres...


Y no es que sufra el Síndrome de Peter Pan, pero echo de menos no tener otras preocupaciones que el acordarte de a que hora empiezan tus dibujos preferidos en la tele.



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viernes, 14 de diciembre de 2007

Objetos

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“El broche se abrió. La cadena, la misma que llevaba puesta desde pequeño, decidió que era el momento de dejarme. Se deslizó suavemente, serpenteando desde mi cuello hasta el suelo. La cogí, y fuí a ponérmela de nuevo, cuando pensé que, si había decidido soltarse, sóla, sin que nadie ni nada la tocara, sería por algo”


Creo que los objetos, las cosas que nos rodean, tienen vida propia. Y aunque no es fácil, es posible darse cuenta si uno se fija bien. Y no hablo de que las tostadas siempre caigan del revés, o de que las llaves se escondan en lo más profundo del bolso. No. Hablo de que a veces, también es necesario dejar que las cosas tomen su propio rumbo.





“Y cuando la cadena decida volver, seguro que encuentra la manera de hacérmelo saber, y entonces, de nuevo me la pondré en el cuello”


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