Llegado el momento me ofrecieron un par de huevos fritos. - Si haces esto, todos los días podrás comer huevos fritos, con sus patatas, su chorizo y pimientos fritos. Y acepté. Porque no sabía muy bien qué hacer, porque era lo más fácil, y porque dos huevos fritos son dos huevos fritos, y más si llevan chorizo.
Pero al cabo del tiempo me di cuenta de que no me gustan tanto los huevos fritos, y menos todos los días. Y además no siempre llevan chorizo, pimientos, ni siquiera patatas. Y lo comento. Y me dicen que qué digo - joder, con la suerte que tienes-. Y te callas, y lo piensas, y reconoces que tienes suerte, y sonríes, y te olvidas.
Te olvidas hasta que pasa algún tiempo más, y cada día te resulta más difícil seguir comiendo huevos fritos, pero si no te los comes, y los dejas en el plato, te sientes mal, por rechazarlo, por tan siquiera pensarlo. Y buscas a alguien de confianza, y le cuentas todo lo que te pasa. Y te dicen que qué digo, - si hay gente que no puede comer nada, que no tiene nada, y tú te quejas de que comes todos los días huevos fritos... con lo mal que está la cosa-. Y te callas, y lo piensas, y reconoces que tienes suerte, y sonríes, y te olvidas.
Te olvidas hasta que los huevos fritos diarios hacen que tu colesterol suba por las nubes, y tapone tus venas, y explotes por dentro, y mueras.
Pero ¿quién va a rechazar ahora dos huevos fritos, con sus patatas, su chorizo y pimientos fritos?
Pero al cabo del tiempo me di cuenta de que no me gustan tanto los huevos fritos, y menos todos los días. Y además no siempre llevan chorizo, pimientos, ni siquiera patatas. Y lo comento. Y me dicen que qué digo - joder, con la suerte que tienes-. Y te callas, y lo piensas, y reconoces que tienes suerte, y sonríes, y te olvidas.
Te olvidas hasta que pasa algún tiempo más, y cada día te resulta más difícil seguir comiendo huevos fritos, pero si no te los comes, y los dejas en el plato, te sientes mal, por rechazarlo, por tan siquiera pensarlo. Y buscas a alguien de confianza, y le cuentas todo lo que te pasa. Y te dicen que qué digo, - si hay gente que no puede comer nada, que no tiene nada, y tú te quejas de que comes todos los días huevos fritos... con lo mal que está la cosa-. Y te callas, y lo piensas, y reconoces que tienes suerte, y sonríes, y te olvidas.
Te olvidas hasta que los huevos fritos diarios hacen que tu colesterol suba por las nubes, y tapone tus venas, y explotes por dentro, y mueras.
Pero ¿quién va a rechazar ahora dos huevos fritos, con sus patatas, su chorizo y pimientos fritos?
3 comentarios:
Estoy segura de que los que dicen que debes estar contento con esos huevos lo hacen para ayudar, para que intentes ver la parte positiva y no te quedes únicamente con la negativa.
La vida es dura, es lo que hay... De poco vale lamentarse.
Lo sé... me resignaré o me iré... no más lamentos :)
si cambias los huevos fritos por el trabajo tienes mas o menos como me siento yo muchos dias...
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