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martes, 31 de julio de 2007
La Tercera Ley de Newton
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Mientras la profesora Lola explicaba la Tercera Ley de Newton, Miguel le daba vueltas a eso de la acción y reacción, y se decía que qué razón tenía el Isaac ese, porque ante la, para él, inconmensurable acción que ejercían las piernas de la profesora bajo la falda, se estaba dando una reacción de considerables dimensiones en sus pantalones. Y claro, el cúmulo de sangre en cierta parte de su anatomía traía como nueva reacción que no hubiera la necesaria en la cabeza, y esto otra reacción más, una gran cara de tonto, que provocó a su vez que la señorita le preguntara que en qué demonios estaba pensando. Y cuando creyó haber descubierto un fallo en la famosa ley, ya que ante la pregunta de la profesora no se había producido reacción alguna en su cerebro, cayó en la cuenta de que ya no estaba en su clase, sino en el despacho del director, y que la reacción que se le venía encima confirmaría en toda regla la dichosa tercera ley esa.
Mientras la profesora Lola explicaba la Tercera Ley de Newton, Miguel le daba vueltas a eso de la acción y reacción, y se decía que qué razón tenía el Isaac ese, porque ante la, para él, inconmensurable acción que ejercían las piernas de la profesora bajo la falda, se estaba dando una reacción de considerables dimensiones en sus pantalones. Y claro, el cúmulo de sangre en cierta parte de su anatomía traía como nueva reacción que no hubiera la necesaria en la cabeza, y esto otra reacción más, una gran cara de tonto, que provocó a su vez que la señorita le preguntara que en qué demonios estaba pensando. Y cuando creyó haber descubierto un fallo en la famosa ley, ya que ante la pregunta de la profesora no se había producido reacción alguna en su cerebro, cayó en la cuenta de que ya no estaba en su clase, sino en el despacho del director, y que la reacción que se le venía encima confirmaría en toda regla la dichosa tercera ley esa.
Y esto es...
Cuando los Borregos No Pueden Dormir
lunes, 30 de julio de 2007
Una Noche de Verano
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Hace calor. No puedo dormir y doy vueltas en la cama. Tiro la almohada al suelo. No me hace falta, me sobra. Pienso en levantarme, pero no sé si hacerlo. Ansiedad. Necesito q me de el aire. Despejarme. No me decido. La casa está en silencio. Todos duermen, menos yo. Me levanto. Un momento. Escucho. Nada. Me siento en la cama y pienso. Ya me he decidido. Me visto. El mismo pantalón vaquero y camiseta negra de los últimos días. Y las llaves, y las del coche. Voy a ir en coche. Salgo de la habitación despacio. En tensión. Cuidando de no hacer ruido. Sé q la puerta suena al abrirse. Espero q pase un coche por la calle para q disimule el chirrido. Tarda en pasar alguno, pero espero. Ya, ahí viene uno. Entonces abro la puerta. Lo justo para pasar, y cerrar. Hago un poco de ruido. Me quedo como paralizado, esperando algo. Pasan unos segundos. Me recupero de la tensión y bajo por las escaleras. Ni siquiera enciendo la luz. Llego a la calle. Ya está. Libertad. Voy a por el coche. Me monto, bajo las ventanillas y arranco. Entra aire. Más libertad. Voy por calles sin saber muy bien a donde. No es importante. Lo veo todo como si yo fuera una cámara y estuviera grabando una película. Es raro. Pero me gusta. Falta algo. Falta la banda sonora. Pongo una cinta. Una q me grabó ella. Suena Cosmic Girl, Jamiroquai. Y me acuerdo del video clip de los coches. Pega como banda sonora de esta película. Hay gente en la calle. Los miro. Ellos no me miran a mí. Sólo soy un coche q pasa por delante suya. Como yo paso por la vida. Sin más importancia q la de un coche pasando por la calle una noche cualquiera. He salido de la ciudad. Sin darme cuenta. Voy por la carretera. Más velocidad. Más aire. Más libertad. Menos q pensar. Menos ansiedad.
Vuelvo a casa. Todo sigue igual. Silencio. Todos duermen. La almohada en el suelo. Ahora me acuesto. La almohada está fresquita. Q bien. No q mal. Miro el reloj. Pronto me tendré q levantar.
Hace calor. No puedo dormir y doy vueltas en la cama. Tiro la almohada al suelo. No me hace falta, me sobra. Pienso en levantarme, pero no sé si hacerlo. Ansiedad. Necesito q me de el aire. Despejarme. No me decido. La casa está en silencio. Todos duermen, menos yo. Me levanto. Un momento. Escucho. Nada. Me siento en la cama y pienso. Ya me he decidido. Me visto. El mismo pantalón vaquero y camiseta negra de los últimos días. Y las llaves, y las del coche. Voy a ir en coche. Salgo de la habitación despacio. En tensión. Cuidando de no hacer ruido. Sé q la puerta suena al abrirse. Espero q pase un coche por la calle para q disimule el chirrido. Tarda en pasar alguno, pero espero. Ya, ahí viene uno. Entonces abro la puerta. Lo justo para pasar, y cerrar. Hago un poco de ruido. Me quedo como paralizado, esperando algo. Pasan unos segundos. Me recupero de la tensión y bajo por las escaleras. Ni siquiera enciendo la luz. Llego a la calle. Ya está. Libertad. Voy a por el coche. Me monto, bajo las ventanillas y arranco. Entra aire. Más libertad. Voy por calles sin saber muy bien a donde. No es importante. Lo veo todo como si yo fuera una cámara y estuviera grabando una película. Es raro. Pero me gusta. Falta algo. Falta la banda sonora. Pongo una cinta. Una q me grabó ella. Suena Cosmic Girl, Jamiroquai. Y me acuerdo del video clip de los coches. Pega como banda sonora de esta película. Hay gente en la calle. Los miro. Ellos no me miran a mí. Sólo soy un coche q pasa por delante suya. Como yo paso por la vida. Sin más importancia q la de un coche pasando por la calle una noche cualquiera. He salido de la ciudad. Sin darme cuenta. Voy por la carretera. Más velocidad. Más aire. Más libertad. Menos q pensar. Menos ansiedad.
Vuelvo a casa. Todo sigue igual. Silencio. Todos duermen. La almohada en el suelo. Ahora me acuesto. La almohada está fresquita. Q bien. No q mal. Miro el reloj. Pronto me tendré q levantar.
Te amo, te deseo
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Te sigo deseando como el primer día... deseo besarte entera, recorrer todo tu cuerpo cubriéndolo de caricias, parar mis labios en tu cuello, llegar luego a esos pechos infinitos y al ombligo, q para mí, es el ombligo del mundo, hacerte cosquillas con la barba entre los muslos, hundir mi lengua en ti, ver como te estremeces, como te pones roja, seguir el ritmo q me marques, porque en ese momento, como en todos, tú eres lo más importante. Y luego, cuando todo haya acabado, poner mi cabeza en tu cintura y esperar juntos a q vuelva la calma. Te amo.
Te sigo deseando como el primer día... deseo besarte entera, recorrer todo tu cuerpo cubriéndolo de caricias, parar mis labios en tu cuello, llegar luego a esos pechos infinitos y al ombligo, q para mí, es el ombligo del mundo, hacerte cosquillas con la barba entre los muslos, hundir mi lengua en ti, ver como te estremeces, como te pones roja, seguir el ritmo q me marques, porque en ese momento, como en todos, tú eres lo más importante. Y luego, cuando todo haya acabado, poner mi cabeza en tu cintura y esperar juntos a q vuelva la calma. Te amo.
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