miércoles, 23 de mayo de 2012

Asco...

Escogimos una encina y nos sentamos debajo.
- Es que no aguantaba a ese hombre -explicó Dill.
- ¿A quién, a Tom?
- Al viejo, al señor Gilmer, que le trataba de ese modo y le hablaba de esa manera tan odiosa...
- Es su trabajo, Dill. Mira, si no tuviésemos fiscales... Bueno, no podríamos tener abogados defensores, ¿no?
Dill suspiró.
- Ya lo sé, Scout. Pero su manera de hablar me ha dado náuseas; me ha puesto enfermo de veras.
- Tiene que obrar así, Dill, sólo estaba inten...
- No obra así cuando...
- Dill, los otros eran sus testigos.
- Tu padre no se portó así con Mayella y el viejo Ewell cuando los interrogó. El tono con que ese Gilmer lo llamaba "muchacho" y se mofaba de él, y volvía la mirada al jurado cada vez que Tom contestaba...
- Vale, Dill, al fin y al cabo no es más que un negro.
- Me importa un comino. No es justo... no es justo tratarlos de ese modo.
- Ese es el estilo del señor Gilmer, Dill; a todos los trata así. Tú nunca le has visto ensañarse de veras con alguien. Vaya, cuando... mira, a mí se me antoja que hoy el señor Gilmer no se ha esforzado demasiado. A todos los tratan de ese modo; la mayoría de los abogado, quiero decir.
- Tu padre no lo hace.
- Atticus no sigue la regla general, Dill, él es... Atticus es el mismo en la sala del juzgado que en la vía pública.
- No me refiero a eso -objetó Dill.
- Sé lo que quieres decir, muchacho -exclamó una voz detrás de nosotros. Pensamos que había salido del tronco de la encina, pero pertenecía a Dolphus Raymond-. No es que seas demasiado fino, es sencillamente que te da asco, ¿verdad? 


Matar a Un Ruiseñor - Harper Lee





 

1 comentario:

Soy ficción dijo...

Atticus es un héroe, y supongo que aunque no todos podamos serlo lo que si debemos es admirarlo.