En el día a día, olvidamos la pasión, y dejamos de vivir nuestras vidas plenamente.
Admiro a quien es capaz de vivir su vida apasionadamente, en todo lo que hace, de forma natural, en lo bueno y en lo malo.
Echo de menos vivir con pasión... bailar al levantarme, cantar bajo la ducha, ponerme gafas de sol y hacer un videoclip en mi casa, saltar a la calle y hacer como que conozco a todo el mundo, silbarle a la primera chica que me cruce, acariciar al perro del vecino, bajar las ventanillas del coche y poner la música alta, reír sin motivos, emborracharme teniéndolos, besarnos en un ascensor, mirar la luna en la azotea, quedarme sin sentido...
Sirva este poema de Miguel Hernández (Orihuela 1910 - Alicante 1942) como homenaje a Andalucía en su día. Para que no olvidemos lo que somos, lo que tenemos y lo que podemos conseguir.